Foto: Joana Rocha
Tras el excelente sabor de boca que me dejaron en la media hora que vi de Broken Social Scene en el Primavera Sound, me animé a ir hasta Oporto a unas horas intempestivas para un concierto un lunes de Noviembre. Tocaban en la Casa da Música, y era mi primera vez dentro por lo que durante un buen rato no salía de mi asombro; impresionante lugar.
El concierto arranco con KC Accidental y con un sonido que no me acababa de convencer. Tras las cuatro primeras canciones todavía no notaba un sonido limpio y claro, y la caja de la batería machacaba mis neuronas mientras comenzaba a suspirar por la inquietud. Por suerte todo cambió cuando Kevin Drew se quitó (literalmente) los pantalones, y enfundado en un plumífero ala Bradford Cox, comenzó a cantar Forced to Love. Ahí las cosas si parecían cobrar sentido y empezé a disfrutar del concierto. Le siguieron All is All con Lisa Loeb al micrófono, Stars & Sons, y una espléndida Cause = Time, que probablemente supuso el mejor sprint de todo el concierto. A partir de ahí, una serie de altos y bajos hasta llegar a las dos horas exactas de concierto que para mi fueron claramente excesivas, donde brillaron particularmente los temas del último album como Meet Me in the Basement, Sweetest Kill o una increíble Art House Director; y la preciosa Guilty Cubicles de su primer album Feel Good Lost. En el lado opuesto de la balanza, Frightening Lives y Love is New una tras otra, ambos pobres temas de los discos en solitario de Kevin Drew y Brendan Canning respectivamente; y unos 7/4 (Shoreline) o Anthems For A Seventeen Year Old Girl donde Lisa Loeb no conseguía dar la talla.
En resumen, un setlist quizá demasiado largo, probablemente condicionado por las limitaciones de Lisa Loeb, con grandes ausentes como Almost Crimes, y tal vez sobrante de alguna de sus canciones más tranquilas como Looks just like the Sun o incluso Lover's Spit.
